Marcan la tierra con parsimonia
Llenan los cubos de la memoria
De historias negras rojas y verdes.
Suenan a gritos de mariposas
A llanto de león flagelado
Queman las naves de sus pasados
No necesitan limosnas.
Clavos de hierro, llueven a mares
Sus cráneos vuelan de sus cogotes
Gimen sus lenguas distorsionadas
Lloran las madres y las pavotas.
Te vas quedando sin su alegría
Te vas sufriendo sus decepciones
Clavas la aguja que merecías…
(La merecías, perfecto idiota?)
Itou Kouichi |
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