jueves, 20 de junio de 2013

¿Dónde, el futuro? Esgarracolchas.



Futuro, neblinoso sujeto. Imperceptible para los propios egos, clarísimo para los ajenos.

Estuve esperándolo sentado en un banco de la estación, después me tumbé, luego me dormí.
Al despertar era el pasado el que me miraba a la cara, creo que había intentado robarme durante mis sueños de pitonisa.
Fue él quien me lo aclaró: Todos pensáis en el futuro a muy largo plazo. ¡Idiotas!.
El futuro es dentro de un segundo.
Dicho esto, lo vi marcharse y hacerse más pequeño.
Creo que envejecía a la vez que se alejaba.
Sentado a mi lado permanecía el presente observando todos los movimientos del anciano mendigo que se separaba de ambos paso a paso, segundo a segundo.

¿Por qué parece tan débil el pasado? Pregunté a mi acompañante.
Porque solo se alimenta de recuerdos.

¿Por qué se ve tan pobre? Volví a preguntar.
Porque hay mucha gente que vive de él, en él.


¿Que más sabes, amigo? Cuéntamelo todo.
Todo lo que te puedo decir me lo enseñó el pasado, incluso lo que sé del futuro.

¿Y que sabes del futuro?
Exactamente lo que tú. Solo sé lo que nos ha dicho nuestro ayer.

¿Y si yo desease saber mi destino dentro de algunos años?
Te diría que es una estupidez semejante a empezar a ver una película por el final.
¿Qué gracia tendría entonces?

Solo sabremos del mañana lo que nuestro recuerdo nos quiera contar.


martes, 18 de junio de 2013

¿Esto era el futuro? Chapu Valdegrama




Aquí me tenéis,
más allá el futuro de mi pasado.
Año 2013, se dice bien.
No soy alto ni guapo ni rubio
ni me visto con monos ajustados
de papel de plata.
No hay coches voladores
ni naves interestelares.
Scotty no teletransporta al capitán Kirk,
trabaja ocho horas
de lunes a viernes
en una cadena de montaje.

¿Qué fue de nuestro futuro?
Se quedó en una revuelto,
una mezcla de Un Mundo Feliz,
Farenheit 451, 1984
y los delirios
de un guionista psicópata.

Lo único que hoy ha escapado
más allá de Marte
es la justicia y la cordura.
Íbamos a ser ciudadanos de la galaxia
y nos hemos convertido en rehenes de la avaricia.
Lo único que avanza en este mundo
es la cuenta corriente
de cuatro obesos hijos de perra.

¿Y la tecnología?

El nuevo iPad usado
para fotografiar a un pedigüeño,
un smartphone última generación
para decirle a tu mujer
que te han mandado al paro.
Una pantalla plana de ochentaytrés
pulgadas high definition
para contemplar
cómo lapidan a una pobre mujer
en Siria o Afganistán.

Si lo sé, no vengo a este futuro.

lunes, 17 de junio de 2013

Boles de fruta. Olivia Martínez Giménez de León

Mi abuela preparaba boles de fruta fresca pelada y cortada para mi abuelo.
Ella no tenía muchas palabras.
Hablaba como escribía, con la letra de una niña de seis años temblorosa.
Por eso le decía te quiero a mi abuelo con sus boles de fruta por la mañana
y por la noche.
Introducía el cuchillo en la carne de la manzana y arrastraba su filo con destreza y rapidez, hasta devolver al alimento a su nueva forma.
Y después, lo troceaba en gajos
y le arrancaba el corazón.
Y lo ponía en un bol de color ambarino, con las demás frutas, crujientes y hermosas como adolescentes tardías.
Y se lo lleva al abuelo que estaba sentado en el sofá, y sonreía.
Vicente que te quiero. Que aquí te dejo la fruta y mis palabras peladas.
Y ella se quedaba mirándole unos segundos como esperando algo que no pasaba.
Y después continuaba mirando como el abuelo arremetía, como le hincaba el diente a la fruta, que crujía y se hacía líquida en él.
Y luego él masticaba cada uno de esos gajos varias veces, y ella volvía a la cocina a recoger las pieles.





Olivia Martínez Giménez de León (Alicante, 1980) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante y profesora de Lengua Castellana y Literatura. Ha colaborado en publicaciones científicas, como Analecta Malacitana, y ha publicado algún poema en la revista Ex Libris. Entre 2002 y 2004 publicó en el blog laislaolvidada.com, ya desaparecido, y actualmente publica textos de prosa poética en su blog equilibriodepasiones.blogspot.com. Lleva escribiendo desde que tiene uso de razón.

sábado, 15 de junio de 2013

A la espera de título. Jorge M. Molinero




El inmigrante
el argelino
el polizón escondido
sobre las hélices de un ferry
desde tánger a tarifa
fue detenido / no consiguió
un futuro mejor.
Hay que pasar mucho hambre
pero mucho
para jugártela así intentando llegar a un país
donde no hay futuro

y dile que aquí no hay futuro
que aquí ya hay gente que muere de hambre
que aquí ya hay gente que muere esperando una operación
que aquí ya hay familias enteras sin trabajo / sin ingresos

dí a ese moro de mierda que viene a quitarte el pan
que aquí no hay sitio para él porque yo
no tengo arrestos / me da vergüenza negarle
un futuro aunque sea en forma de sueño
quisiera
saber cómo se llama y titular así este poema porque
del inmigrante
del argelino
del polizón nadie / en ninguna tv / en ningún periódico / nadie


se preocupó de preguntar su nombre

miércoles, 12 de junio de 2013

Deslumbres. Chapu Valdegrama



El mismo fogonazo de locura intensa
que te convierte en artista
te puede llevar a ser un fanático.
El mismo atisbo feroz
de verdad mentirosa,
de comprensión incomprensible,
te cubre de santidad
y del mismo modo
te puede sumergir en el vicio.

Todo depende
de tu forma
de abrazar un abismo.

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