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jueves, 20 de enero de 2011

La Fanzine #5: Libertad en La Milonga


La Milonga
C/ Padilla, 2
Valladolid




Si tú también quieres ayudarnos a difundir La Fanzine, puedes descargar el quinto número desde este enlace.

La Fanzine recomienda:

Copistería Graffios. Prado de la Madalena 16, Valladolid.

Copistería Celeste: Imperial 18, Valladolid.


Envíanos una foto de La Fanzine en el lugar donde la dejes y la dirección del sitio a la0fanzine@gmail.com

¡Fotocopia y difunde!

viernes, 14 de enero de 2011

Zoo. Alberto Medina



En el zoo ilógico donde me pongo en pie todas las mañanas, cada visitante entra con sus propias rejas bajo el brazo. Nos afanamos con esmero en atraer espectadores, que con la misma intención construyen sus jaulas. Todos hemos pagado la entrada, pero ninguno mira el zoo.
Cuando las rejas son las fronteras de mi piel. El hambre, lo único que me mantiene con vida.


miércoles, 12 de enero de 2011

Un poema de Jorge Pascual Blanco

“A los momentos que rodaron eternos y desaparecieron…”

Libertad del existir

Las nubes alzan su vista,
                          nos dan su espalda oscura,
se alarga el pasto húmedo,
crea senderos el sol limpio,
y uno se baña en la belleza del primer amor…

Brillan las nubes hechas de gotas
de agua,
como ropa blanca en un tendal
después de llover…

Los olores nos recuerdan,
construyen nuestro rostro.

Jugamos a vernos desde lejos.
                                     Ojala me vieras…

Se pasan solas las páginas
               de lo que ves…
Viajamos….
casi sin movernos…  



lunes, 10 de enero de 2011

Baraja. Marco Portillo (Erebus)

Se recomienda imprimir, recortar, pegar...





El comienzo: Un paso al frente.

Por una de esas casualidades de la vida, uno tiene que despertarse, y luego, además, levantarse.
Donde te despiertes y te levantes, determinará en muchos casos tu posición en esta vida. Que te
despiertes siempre en un lugar que reconoces de la noche anterior no tiene porque obedecer a
ninguna ley causal. Tal vez no te levantes de la cama porque te acostases en esa precisa cama.
Quizás cada día es un círculo irrepetible y único. Un cosmos efímero (que bien nos sentimos
cuando utilizamos la palabra precisa, ¡Ja ja ja!). Tal vez la cama en la que te levantaste hoy
sólo se parece a la de ayer por casualidad, y cada día es una extraña jugada de la vida. Pero para
comprobarlo, habrá que abrir los ojos, levantarse y dar un paso al frente.

Paso al Norte: El día que espera.

Pasando el cuarto de estar se llega al balcón. El día es maravilloso cuando aún no ha empezado. El
aire sólo te parece fresco porque aún conservas el calor del lecho. No importa que la ciudad esté
llena de contaminación y hasta en los pisos altos huela a humo de coche. No importa que a lo lejos
suene una ambulancia o miles de ellas anunciando una especie de fin del mundo a son de sirena.
No importa que la barandilla esté helada. La agarro con las dos manos y la aprieto para sentir bien
el frío. Insisto; todavía medio dormido, la mañana es maravillosa, y esa mezcla de atontamiento
en la cabeza y frío, tratando de entrar en las manos aún calientes, mientras cierro los ojos y respiro
hondo, es como una droga. Aunque ahora que me doy cuenta, tengo los pies helados. Se me
olvidaron las zapatillas. Vuelvo dentro.

Paso al Sur: Retirada.

Despertar es un acto mecánico. Todo biología, procesos químicos y cosas de esas. Te despiertas y
punto. Otra cosa es que te levantes. Ahí ya intervienen muchas cosas, algunas como la voluntad,
lo que hayas hecho antes de irte a dormir, lo cómoda que sea la cama en la que te encuentres, o
lo que puedas aguantar hasta tener que ir al baño o a la cocina. Pero si no hay cama, y creo que
tampoco baño, ni cocina y estoy sobre una maldita roca haciendo una “v” al revés con la espalda,
supongo que no es el momento de ponerse a pensar si he dormido o no las ocho horas de sueño que
necesito para no estar todo el día cansado, susceptible y ofensivamente sarcástico. Empieza a llover
y no creo que esto sea el parque de ninguna ciudad que conozca. De hecho, llamar parque a esto es
ser demasiado generoso. Con suerte podría llamarlo páramo desolado. Tal vez esté en mitad de la
meseta castellana, en Siberia, o en Marte, que para el caso vienen a ser el mismo lugar con distintos
nombres. Debería empezar a caminar, a ver si llego a algún sitio desde el que pueda volver a casa.
Ya me enteraré de cómo demonios he acabado aquí (o no). De momento toca retirada.

Paso al Oeste: Espejo de intenciones.

Al principio, justo después de la Creación, el dios Opisces quiso hacer un ser que tuviera energía,
que se moviera y, que al igual que él, pudiera crear cosas con las manos, y así creó a los primeros
humanos, muy diferentes de los actuales. Estos humanos en seguida entendieron el poder que
el dios les había dado, y le desafiaron, creando con sus manos toda clase de criaturas y objetos
aberrantes y monstruosos. El dios les castigó. Transformó sus cuerpos en objetos que sólo podían
reflejar lo que tenían delante y les privó de todo movimiento. Así fueron creados los espejos, y
después fue creada la estirpe humana de la que todos procedemos. Por eso los espejos sólo pueden
reflejar lo que tienen delante. Porque se les privó de su facultad de crear. A todos, claro, menos al
que está en mi cuarto de baño, que no sólo te refleja tal y como eres en apariencia física, sino que
refleja tus intenciones, y tal vez lo que él quiere. Me levanto y lo primero que hago es ir al baño, a
descargar el depósito y a ver que sale en el espejo. Esta mañana salgo con la apariencia de Saladino.
¡A cortar cabezas cruzadas! Este espejo está como una cabra. A ver como la armo hoy.

Paso al Este: Mañanas masivas.

Ningún día puede empezar bien sin un buen desayuno. La máxima aspiración de alguien que quiera
comerse el mundo, es primero saquear la cocina con orden, método y a dos manos. Voy a la cocina
lo primero de todo y abro la nevera. Dos yogures, el brick de leche, dos donuts, un plátano, tres
manzanas, una lata de atún, un paquete de jamón de york y el brick de zumo. Me siento en la mesa
de la cocina y procedo con el banquete. Mientras degluto todo con cara de bobalicón contento, miro
las puertas del armario de la cocina. Lo miro y pienso “ahora te tocará a tí también”. Después de
acabar con lo sustraído de la ahora blanca y vacía nevera, paso a arrasar el armario de la cocina.
Veinte minutos y siete sonoros eructos más tarde, había exterminado todo rastro de comestible de la
faz de la cocina. Me vuelvo a la cama. Hasta mañana.

Paso hacia arriba: Desde aquí… o desde allí.

Un paso hacia arriba no se da como se da un paso en cualquier otra dirección. Hace falta tener las
cosas muy claras. Que la hoja parroquial vale un euro con cincuenta céntimos, que la mayonesa
caduca dentro de dos meses y te la encontrarás en la nevera criando moho verde, que hasta la calle
hay exactamente cincuenta y nueve escalones que muchas veces no apetece ni bajar ni subir. Si
das un paso en cualquier otra dirección, ya no estás en el paso hacia arriba, porque para dar el paso
hacia arriba, no tienes que ser el que va al norte, al sur, al este o al oeste. Tienes que ser el que ha
dispuesto que ese pobre no tiene otra cosa que hacer que elegir entre cuatro direcciones o no ser
nada. Que no puede saber cuándo caduca la mayonesa, porque no le has puesto mayonesa en la
nevera. Que la hoja parroquial no vale uno con cincuenta porque ahí vale dos, y que los cincuenta y
nueve ni son cincuenta y nueve ni son nada porque hay ascensor. Por decirlo de forma más sencilla,
que sólo es libre el que posee esta carta, que es la del que crea en papel a un ser que sólo puede
moverse en cuatro direcciones imaginarias que ya estaban decididas de antemano. Esta carta es la
marca de la única libertad auténtica posible.




Bajo el pseudónimo de Erebus se oculta Marco Portillo, estudiante de Filosofía en la Universidad de Valladolid e intento de poeta y prosista a tiempo parcial.
Entre sus logros se cuentan seguir (des)ateniendo su blog ya por más de dos años (http://espacioenlasnubes.blogspot.com), haber publicado un microrrelato en la revista de la biblioteca pública de Burgos “Plaza San Juan”, haber quedado finalista en la edición 2009 del concurso de microrrelatos “Bardeblás”, haber publicado casi de milagro algunas cosillas en LaFanzine y no empanarse de casi nada en esta vida.

sábado, 8 de enero de 2011

MAPA DA CIDADE PROHIBIDA. Ana Cibeira

MAPA DA CIDADE PROHIBIDA


Cada vez que penetramos nun punto negro do mapa
-aspas de sangue agoirando loitos-
imaxino un Los Ángeles sucio
un pobo profundo
un monte cheo de flores bonitas por todas partes
unha ruela allea.

Pero é á miña vida onde pode chegar a realidade
substituír ó medo
-este peso impreciso sen libro de instruccións-,
na capital Carapuchiña verterá a súa orquídea profana
ungüento orgánico extremadamente repulsivo
estendéndoo pola cara  ata que o agresor fuxa                     
de noxo
é neste bosque de cemento onde saca a pistola luar das bragas
vestindo despois un fermoso abrigo de pel de lobo
como soña Roald Dahl e sabe a historiA que tamén sucede
malia un tácito silencio de morte.


++++
MAPA DE LA CIUDAD PROHIBIDA



Cada vez que penetramos un punto negro del mapa
-aspas de sangre prediciendo lutos-
imagino un Los Ángeles sucio
un pueblo profundo
un monte lleno de flores bonitas por todas partes
un callejón ajeno.

Pero es a mi vida donde puede llegar la realidad
sustituir al miedo
-este peso impreciso sin libro de instrucciones-,
en la capital Caperucita derramará su orquídea profana
ungüento orgánico extremadamente repulsivo
extendiéndolo por la cara  hasta que el agresor huya            
de asco
es en este bosque de cemento donde saca la pistola lunar de las bragas
vistiendo después un hermoso abrigo de piel de lobo
como sueña Roald Dahl y sabe la historiA que también sucede
pese a un tácito silencio de muerte.

***


ANA CIBEIRA
Con poemas he participado en: Transgeneración 1.0, Centro Cultural Generación del 27, Málaga, 2007; Letras Novas,  AELG&Xunta de Galicia, A Coruña, 2009; Marés nos pousos do café. Mostra de poetas de expresión galega en Madrid, El taller del poeta, Pontevedra, 2010 y Sétimo andar, poesía alén,Nova Galicia Edicións, 2010// Con collages en la revista Ren de rén #2, Ourense, 2009; en el poemario Xoguetes Póstumos de Emma Pedreira, Caldeirón, 2009; en los zines "Vinalia Trippers"#10, VP Producciones, 2010  y Tigre enorme" #1, 2010 ...últimamente.También formo parte del grupo punkderfónico feminista HUMOR VÍTREO y del colectivo CORAZÓN SALVAXE. Más en anacibeira.blogspot.com

jueves, 6 de enero de 2011

Ángel. Diana Sánchez

Después de intentar dilucidar el sentido de toda existencia, comprendió que no había tal cosa: todo era un desafortunado accidente de la azarosa naturaleza. Entendió que no había magia ni poesía, sólo eran tretas para hacer que el tiempo pasara más rápido.

Trató de amar pero entendió que sólo era una ilusión que partía más rápido de lo que llegaba. Trató de odiar pero sintió que era un ejercicio desgastante y que no valía la pena tomarse el tiempo y el esfuerzo de tratar de convencer a otro de su desmesurada estupidez.

Por eso estaba ahí, con ese sentimiento de asco revolviéndose por su cuerpo, preguntándose si realmente podría ponerle fin a su vida ¿y por qué nadie más lo hacía? Parecían detestarse tanto y a los demás que seguro se harían un favor a pesar de que insistieran en su doble moral de defender una vida sin calidad.

¿Por qué tenía miedo? Al fin y al cabo no habría nadie que le juzgara, cualquier dios era el nombre de una excusa y cualquiera que le llamara ángel, estaba loco. Él no estaba para proteger con sus alas una vida maldita, que se destrozaba a sí misma, día tras día.





martes, 4 de enero de 2011

Los años 20. Pablo Volumen.

El oficinista nos daba la espalda
mientras esperaba a que llegase el tren.
Tenía la espalda completamente recta
y hurgaba con su bastón entre las piedras,
pero las hojas le tapaban los ojos.


Sobre el paraguas tenía un vaso de agua
para evitar la caída del bombín
sobre los techos de las casas belgas
con amantes envueltos en trapos.


Las cortinas estaban entreabiertas,
para contemplar lo que hay fuera
después de retirar el lienzo
que representa el mismo nombre,
un zapato por luna y una vela por techo.


En el carnaval la madre amamantaba al niño
con un asterisco y un ojo medio cerrado.
El color azul se expresaba en cenizas
con una materia de algodón
y prismáticos verdes.


El punto era más grande que la línea
detrás de la clave de Sol
y la caricia de un pájaro sin manos,
ni pies, ni brazos,
ni luz,
ni tan siquiera manos.


Los demonios jugando al yo-yo
en un azar de relojes blandos,
perfiles repetidos y manchas,
dados encerrados
sin sus mariposas amarillas.


Maniquíes girando,
dando vueltas,
mujeres gritando,
azotes cuadrados en hospicios de lujo,
arlequines de contrabando,
coloración,
libertad de expresión,
locura opuesta
a otras formas de locura
de los que en realidad están locos.





Pablo Volumen (Madrid, 1983) es el cantante y guitarrista del grupo de rock Volumen. Siendo la poesía un pilar fundamental en sus composiciones, en 2008 sale a la calle su disco Nadie hace nada, con una crítica social optimista a la que todo el que respira está expuesto.
En 2010 decide recopilar sus poemas en tres poemarios que reflejan el estilo joven e incisivo de este autor: Agua en la Cuchara, Juego de Niños y Abrazos Gratis, los cuales pueden leerse en su blog Agua en la Cuchara, homónimo de su primer poemario.

lunes, 3 de enero de 2011

Dos poemas de David Vázquez




XV

¿De verdad nos enseñaron a elegir
cuando la disciplina fue impuesta?

Ésa fue nuestra propia silla eléctrica
que nos impidió crecer

y cometer errores.


XVI

Murió el pájaro
y lo cogió entre sus manos un niño,
salió corriendo.
Murió el mismo pájaro
que siempre deseaste matar
porque te molestaba su canto
y ahora añoras oír su dulce silbido.

De  ¿Qué tal un poco de silencio?
Young Girl Weeping for her Dead Bird. Jean Bauptiste Greuze.

David Vázquez nació en Madrid en 1984. "Para este viaje no necesito alforjas" (Ed. Alhulia) supuso su debut literario y su primer poemario.

sábado, 1 de enero de 2011

Ya no tengo estómago para ser un caníbal. Ildefonso González Sarmiento

Lo reconozco. Los años me van pudiendo. Y mi estómago ya no es el que era.

 Hasta el año pasado seguíamos la costumbre de "llevar un pobre a casa". Una costumbre foránea, anclada en mi familia desde hacía tres siglos, aunque con adaptaciones. Sabido es que no hay nada más inmutable que la mutabilidad.

 Yo era un niño cuando me dejaron participar en la captura de la pieza. Salíamos toda la familia. Mi padre, con los útiles de caza (bebida, tabaco, buena charla y un cable para romper el cuello en caso necesario), mi madre con los conservantes, tiras de análisis previas y los cacerolas (nada de "taperwares", un invento sin tradición ni encanto) y mi tía, con el breviario, agua bendita y todo lo necesario para dar al finado un "pase" seguro al más allá, en caso de innecesaria brutalidad. Yo, por supuesto, sólo fui de observador aprendiz en los primeros tres años.

 Una vez localizada el hombre o la mujer de mejor aspecto, la familia procedía a escenificar. Ahí era fundamental mi tía. Claro que eran otros tiempos, y la religión no molestaba tanto a los "requeridos". Ellos sólo veían venir a una singular familia cristiana, un tanto arcaica, con muy buenas intenciones. Y como la oportunidad de sentarse a una mesa casera no se solía presentar, cedían a nuestros aparentes estúpidos e inocentes antojos.
 Como decía, mi tía era un elemento fundamental en esa parte de la operación. Actuaba como una de esas mujeres del "Ejército de Salvación". Esa gente con tambores, himnos y demás que se ven en las películas estadounidenses. ¡Y qué bien lo hacía! Después de diez minutos, el elegido o elegida estaba ya sumergido en un estado de, digamos, "gloria". ¡Ahí es dónde entraba mi padre!

 El daba el giro adecuado para enganchar más aún a la presa. Si era una mujer, se comportaba como un padre adorable y preocupado. Y si era un hombre, como un compinche que le ayudaba a retirarse de tanta beatería y le contaba chistes de mujeres, le ofrecía tabaco y un trago de ron del bueno... ¡Y de paso, le hablaba, cuando lo veía conveniente, de una vecina bastante ninfómana que iba a aparecer un poco tarde, pero que igual...! ¡Ya saben! ¡Esta tentación añadida, y el efecto del licor, ayudaban mucho!

 En ese momento entraba en acción mi madre, actuando como punto de equilibrio. Se mostraba compresiva con ambos bandos (el religioso de mi tía y el "salido" de mi padre) y reclamaba un poco de atención para el invitado. En primer lugar, le hablaba de la ropa nueva que le tenían preparada, del baño caliente que le esperaba, y de la ayuda económica que iba a recibir tras pasar la noche con nosotros... o con la vecina cachonda. 

 Había ocasiones en que el invitado reculaba. Entonces se buscaba algún tema para doblegarle. ¡Recuerdo con emoción que, en esa ocasión, mi madre exclamó que no podía hacerle "ese feo al niño"! ¡Yo, implicado y deseoso de ser útil, sonreí y puse cara de desconsuelo! ¡Cuando nuestra víctima me acarició el pelo cediendo, me sentí tan orgulloso! ¡Ya era un miembro útil de la familia! Además, el no tener que recurrir a la violencia nos tranquilizaba a todos. ¡Y dónde iba a parar, era mucho más elegante!

 Ya en casa, sólo había un problema. Mi tía se ponía pesada con lo de la salvación y exigía una oración especial, un tanto macabra, pero que siempre conseguía imponer al que creía iba a ser un comensal más. ¡Era una mujer admirable!

 Después, lo típico. Lo primero un baño caliente. Tranquilo. Sin prisas. Que la carne se fuera ablandando. Además yo aprovechaba, desde ese día, para lavarme el pelo, que por lo general quedaba un poco grasiento y sucio cuando la comida me acariciaba la cabeza o pellizcaba mis mejillas. ¡El único trago amargo de la noche! ¡Pero todo conlleva un sacrificio!

 Recuerdo que la primera persona en cuya "recolección" participé fue un hombre llamado Raimundo. ¡Un tipo encantador, que nos contó unas historias increíbles mientras mi madre preparaba la cena o eso creía él, pues mientras le hacía efecto el potente hipnótico que le dábamos inyectado en unos exquisitos dulces que nunca nadie despreció! ¡Y encima mostró un cuidado para no decir nada que pudiera ofender a mis tiernos oídos...! ¡Qué encanto de hombree!
 Bueno, que no quiero aburrirles. Al final caía como un tronco, un leño, o como se diga. ¡Y todos nos poníamos a la labor! Yo ayudaba a mamá y a papá a quitarle la ropa que le habíamos regalado, mientras mi tía rezaba el penúltimo rezo, después del cual sólo quedaba la bendición de la mesa. ¡Bueno, de la comida, qué la mesa no nos importaba mucho en esos momentos! ¡Y después a trocear!

 ¡Ah, no, se me olvidaba lo importante, llevado por la pasión! ¡Primero había que analizar el cuerpo, no sea que tuviera alguna infección! ¡Ya se sabe qué hay cada tipo por ahí suelto! Por eso salíamos pronto de cacería. Por si teníamos que salir a por otra pieza. Si todo iba muy mal, incluso teníamos que comer pavo,  o cualquiera de esas otras cosas típicas. ¡Qué asco! ¡Porque en mi casa siempre hemos sido muy finos, y nunca congelábamos comida de otras ocasiones por si acaso! ¡Y además, luego tocaba deshacerse de dos cuerpos! ¡Y era un coñazo! ¡Créanme!

 Pero en mi primera vez todo fue bien. ¡La suerte del novato! ¡Y ale, a desangrar y cortar como uno más de los "cocinillas", por fin! ¡Qué ilusión! 

 ¡Aaah, qué días aquellos! ¡Cómo los añoro! ¡Sobre todo el sabor de los dedos! ¡Y no me pregunten la razón! De ahí que, desde entonces, me llamaban en casa "Deditos"! ¡Y luego, ya de adolescente, "Don Dedos"! ¡Aunque ese mote me molestaba! ¡Cosas de la pubertad!

 Pero el tiempo ha pasado. Mi padre y mi tía han muerto. Y aunque mi madre y yo seguimos con la tradición un tiempo, cada vez se no fue haciendo más pesado. Y así, este año... ¡Me cuesta tanto decirlo! ¡Este año lapas a la sidra, mojo canario, cabrito embarrado al horno y surtido de turrones! Lo único el flan de coco y frambuesas, que sí que me dice algo.

 ¡Pero este año que entra pienso hace algo! ¡Modesto, pero algo! He comentado con mi madre la idea de capturar al perro de uno de los vecinos. ¡Es un coñazo de chucho, está todo el día ladrando! ¡Y tiene el peso apropiado para dos personas, con un estómago ya tocado! ¡Sí hubieran visto la cara que puso mi madre!

 ¡Inolvidable!


Armin Meiwes - The infamous german cannibal who ate his lover.
Part of the 'Infamous' collection. View the entire collection at my website: 
http://www.gardenofbadthings.com/

Puedes seguir a Ildefonso González Sarmiento en su blog  Reino Libre del Preste Juan.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Nanodeconstrucción. Pablo Moro.

La Nanodeconsrucción es la reducción de un género literario a la síntesis de sus elementos esenciales, convirtiendo una frase en una autentica novela.



NANODECOSNTRUCCIÓN

- ¿Dónde está mi libro?
- En el Laboratorio.
Proceso de Nano deconstrucción.

DESAVENENCIAS INSALVABLES
(Nano novela de Amor)

-¡Calla!
-¿Por qué?
-¡Calla!
-Te quiero.
-¡Calla!


LA VIUDA NEGRA
(Nano novela de suspense)

Bebió un trago y sonrió, la herencia ya era suya.


EMPERADOR
(Nano novela histórica)

Mientras cruzaba el Rubicón, César supo que sería Roma.


VIRIATO


- Su cabeza ¡La recompensa!
- Roma no paga a traidores…


LICANTROPO
(Nano novela de terror)

¡Luna llena! Gritó desesperado. Su piel comenzaba a mutar.


MR JEKILL & MR HIDE

Por el día soy un hombre respetable. De noche soy yo.


MUERTE EN LA MANSION
(Nano novela de detectives)

El detective frente a la hoguera señaló al criado: ¡Usted!


IRRACIONALIDAD
(Nano novela bélica)

Firmada la paz todos aguardaron a que terminara la guerra.

jueves, 30 de diciembre de 2010

¿LIBRES? Marcos Antón

Nace, llora, descubre la guardería y obedece a tus padres.
Crece, empieza el colegio, llora y obedece a los maestros.
Sigue creciendo, la pubertad es un problema. Se reprimido por todos en la edad del pavo. Si haces
cosas, procura que nadie las sepa; si no las haces, procura que piensen que sí. Obedece las normas,
no destaques, se uno más.
Madura, renuncia a tu libertad, estudia hasta que mueras o ponte a trabajar y obedece a tus
superiores. No intentes cambiar las normas, no puedes.
Encuentra a una buena mujer o al hombre perfecto. Que no haya mucha diferencia de edad, está mal
visto. No aprendas a querer, el amor ya está inventado para que vengas tú ahora a cambiarlo.
Cásate. Compra una casa e hipoteca vuestras vidas. Reprodúcete, joven, no quieras que tus hijos
vean en ti a su abuelo.
Estás atado. Intenta educar como has aprendido: mal. No destaques, no tengas tiempo. La televisión
piensa por ti. Consume y no asimiles. Paga. Banco, banco, banco. Aprende a nadar cuando tengas
el agua al cuello. Tus hijos podrán ser lo que tú no fuiste pero no les dejarás. Paga y quéjate. Tú
decidiste tenerlos.
Envejece. Arrepiéntete de todo lo que no pudiste quisiste hacer e incúlcaselo a los tuyos. Tarde,
obedecen a sus superiores; buscan a su par perfecto; la televisión piensa por ellos; compran una casa
e hipotecan sus vidas. Y la tuya. Otra vez.
Es tarde, ya no puedes cambiar nada.
Enferma. Ten esperanzas vanas de que después hay algo. No has tenido tiempo de hacer nada.
Piensas que la vida es corta y es necesario que sueñes con otra. Aférrate a las manos de los que te
quieren en un cochambroso hospital de paredes blancas.
Muere. Entiérrate hondo, muy hondo, entre gusanos. Obliga a los tuyos a que te recuerden… y
espera.

Libres. Marcos Antón.
Marcos Antón.
Zamora, primavera de 1990
Cuento con una obra publicada: Deheishe, una poesía y otros relatos (2008), además de varios poemas y relatos publicados y algunos artículos de opinión en prensa escrita. He colaborado también como redactor y fotógrafo en la revista Artículo 20. Formo parte de El Colmo Colectivo y he participado en distintos recitales (colectiva e individualmente) como en Versátil.es (Valladolid) o en el Slam Poetry Scena Gugalander, en Katowice (Polonia). Cuento con un puñado de premios de poesía, narrativa y fotografía y completo mi tiempo libre escribiendo canciones y como vocalista y guitarrista del grupo Breda. He actuado también en varios conciertos en solitario y amenizado, guitarra en mano, alguna que otra velada y fiestas varias…
Siempre podéis encontrarme por Deheishe: http://deheishe.blogspot.com/

martes, 28 de diciembre de 2010

Réquiem por un mundo. Oswaldo Pérez Cabrera

“La libertad es la cárcel más grande de todas las cárceles” Javier Corcobado

Se despertó como todas las mañanas de su vida. De esa vida que le había parecido tan corta, pero
a la vez tan larga, no sabía a ciencia cierta cuánto tiempo había permanecido de esa manera, así,
tan quietecito, tan desinformado. Despertó con la indiferencia e incoherencia de siempre, como
todos los amaneceres de su ¿Efímera o eterna existencia? Sin embargo, ese día se sintió diferente,
un extraño presentimiento le rasguñaba la mente, durante meses todo había sido placentero, había
tenido esa sensación de flotar en el espacio, de volar bajo olas de mar o nadar entre la brisa de un
viento primaveral. Sin preocupaciones, había sentido que tenía todo al alcance de su mano –el
mundo es tan pequeño y me quiere tanto- pensaba en su diminuta cabeza. Las millones de partículas
amorfas y las geométricas eran sus amigas, todas ellas le platicaban cosas banales. La oscuridad en
ocasiones se tornaba rojiza y le proporcionaba calor, ¡Qué bien se sentía consigo mismo! Incluso
Dios le susurró algo alguna vez, lástima, no significaba nada para él, porque no lo necesitaba,
ya era libre en su ignorancia ¿La libertad? Podría ser un respiro o una blasfemia, no la conocía,
inopia adulterada. Una gama de colores se filtraba entre aguas ácidas, un salón desierto, alguien lo
esperaba y él no tenía aún su boleto, una marometa en el vacío le demostró que estaba vivo. Quiso
sentir amor, pero tampoco lo conocía, quiso sentir odio pero, desconocía la palabra. Registró en su
memoria, pero, todo se le escapaba, tenía que escribir algo sobre ella, ¿Acaso tenía recuerdos? Y
si los había ¿Cómo saber si eran tristes o felices? ¿Cómo saber el significado de esos vocablos tan
subjetivos? ¿Y su nombre?

Una etiqueta automatizada en busca de un ser ¿Y si me río? ¿Y si lloro? ¿Y si escucho lo que tú
quieres que escuche? se alimentaba de ella como una adicción incurable, su visión kaleidoscópica
no le permitía ver que era un parásito inconsciente. Pero, ese día sintió algo en el cálido ambiente,
solitario en su vivir ermitaño, una extraña sensación le picoteaba el interior, conoció el miedo.
El vórtice que su imaginación dibujaba cual paisaje, el espiral en colores negro y oro, el sabor
a sal, todo lo presintió como si lo hubiese vivido un millón de veces antes, su conocimiento lo
traicionaba. Su primer Deja Vu le confundía la razón, pero, ¿Cuál razón? Alguien le informó que
ya era hora, la maldita y no deseada hora cero, se aterrorizó al empezar a tomar consciencia del
momento inevitable. Un escalofrío le recorrió el cuerpecillo, pudo sentir dolor a su alrededor, aquel
dolor que pocos pueden experimentar en vida, masoquismo y orgullo convergiendo en el punto.
Pena, coraje y obstinación se respiraba en el ambiente, pero él ¿Qué tenía que ver con todo esto?
¿Por qué no lo dejaban en paz? Era imposible, un dictador llamado destino había puesto su dedo
en él, desgraciada predeterminación. ¿Debía dar las gracias o condenar los hechos? ¿Por qué no
le consultaron antes? pero, si no sabía de palabras, de acepciones, ni sinónimos, ni significados,
hubiese dado lo mismo, las marionetas no conocemos el futuro, ni comprendemos el por qué de
nuestro entorno, simplemente nos dejamos llevar por la corriente.

El momento había llegado, el presentimiento era real, no había escapatoria alguna, si tan sólo
supiera rezar. Tuvo que despedirse de todas las partículas, de los seres minúsculos, de la paz, de la
tranquilidad, de la indiferencia. Comenzó a sentirse arrastrado, luchó por última vez, pero intuyó
que sería infructuoso, dio la última maroma y vio el espiral de sus sueños, un túnel con visiones
aterradoras, una luz al final del tortuoso camino. Apenas y cabía, su cordón le dificultaba la ruta,
le obstaculizaba sus movimientos. Frío y desesperación fueron sus primeras sensaciones, dos
sensaciones nuevas añadidas a su psique.

Por fin llegó horrorizado a su destino, un ruido infernal taladraba sus oídos, sintió que su cuerpo

se helaba ante el cortante viento, no podía flotar mas, podría despedazarse contra el suelo que lo
atraía seduciéndolo sin aceptar un no por respuesta. Paroxismo hacia lo desconocido, cerró sus
ojos y desgarró la garganta desahogando y tratando de bloquear su trauma; descubrió su instinto
de supervivencia al verse solo sin su cable salvavidas, sin su entorno mágico, sin su atmósfera de
ensueño, Dios lo amenazó y se resignó. Se pensó pionero en un mundo bizarro y alienígeno, pero su
miedo primitivo ya le era familiar.

Fue manipulado por manos gigantes, nadie le pidió permiso, fue utilizado, sufrió indefenso sus
sensaciones primarias, noveles sentimientos, pueril e inocente. Le presentaron al dolor, al frío y al
miedo, tres caballeros sin piedad que lo acompañarán por siempre.

-Vive, vive, vives, lloras, sufres, te atosigan, eres un esclavo de una puta llamada sociedad.
Bienvenido a tu nuevo hogar.

Inmerso en su desesperación, escuchó unos gritos chirriantes que retumbaron en su cabeza, no los
pudo comprender, como tampoco comprendía todas aquellas sensaciones desagradables que estaba
experimentando. Todo aquello le lastimaba sus tiernos sentidos.

- Es un niño, es un niño, felicidades, es un hermoso y robusto niño.

Él, él se quiso morir.

Del Libro de Don Muerto. Para adquirir el libro por favor vaya al siguiente enlace 
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lunes, 27 de diciembre de 2010

El No. Ekaitz Ortega

Chamfort afirmaba que los únicos hombres libres son aquellos capaces de decir no. Estoy de acuerdo, pero con los matices de siempre. Valiente pude ser al decir a mi hermano que no le mataría por mucho que me lo pidiese. Yo miraba el goteo del antibiótico y el anudado tubo hueco que se hundía en la vía de su mano para anestesiarlo. El atardecer fue el momento elegido para comentarmelo, cuando nos quedábamos solos en la habitación y todos bajaban a cenar. Era cuestión de esperar su fallecimiento y yo quería aprovechar los días o semanas que pudiese estar con él. Pero me miraba a los ojos mientras hablaba, no obedecer sería romper el pacto (nunca hablado pero real) de buscar siempre lo mejor para el otro. Tres minutos que cambiaron mi vida para siempre, cuando deberían haber sido sus últimos y tan ansiados instantes. No es que no tuviese el valor suficiente como para ayudarle a liberarse de la vida, es que utilicé mi propia libertad para ser egoista y negarme. No me lo echó en cara. Los veinticuatro días -tantos como años tenía él por entonces- pasaron bajo la tristeza de las luces florescentes, con el aire otoñal que entraba desde la ciudad y la inevitable y constante decadencia de su cuerpo cada vez más enjuto y vacío. Nunca me volvió a hablar de ello, no quería que me sintiese culpable. Ninguno de los dos dijo nada. Al final no era él, pero para mí lo seguía siendo.



Ekaitz Ortega (1983, Bilbao). Fui ganador del premio Avalón de relato fantástico 2009 y he publicado relatos y poesía en Artífex, Nanoediciones, Protesis, Agitadoras, Narrativas, Solaris, La Plaga, Visiones, Valis, Ohio y otras tantas revistas. También he escrito ensayos y críticas. Prefiero alejar mis escritos de tecnicismos y centrarlos en los personajes y sus emociones, auténtica gasolina de este mundo. Nihilista, ateo, trasnochador, deportista, aficionado a la lectura y caníbal en todas mis aficiones, escribo como acto de violencia hacia la realidad.
Mi blog es ekaitzortega.blogspot.com

domingo, 26 de diciembre de 2010

Un todo menos uno. Pablo Moro




Un día todos los elefantes se reunirán para olvidar…

Todos menos uno.

Un día todas las gaviotas irán de vacaciones al mar…

Todos menos uno.

Un día la tristeza dejará de reír

y los payasos dejarán de llorar…

Todos menos uno.

Un día todos no buscarán a ninguno,

Un día ninguno querrá ser como todos,

Un día se poblará de muertos el mundo

Y quedarán todos con todos,

Y verán que están todos menos Tú y Yo…

Todos menos uno.



sábado, 25 de diciembre de 2010

Mi ser verdadero. Patricia O. (Patokata)

Quiero arrancarme el ropaje
y salir a volar.

Vestirme de luz y de aire
y otra vez ser real.

Quiero expandir la belleza
que creó mi eternidad
y en un soplo de vida primigenio
iluminar la oscuridad.

Esencias sagradas
impregnando el aire,
antiguos mántras que
ponen en movimiento
el don de crear.

Palabras secretas
de antiguas estirpes
que han vivido por siempre
entre la humanidad.

Quiero romper las barreras
que oscurecen la verdad
y volverme parte del universo
en un todo sin identidad.

Más allá del tiempo
y el espacio,
más allá del infinito
y de la inmensidad,
el milagro se hizo verbo
y el verbo se tornó flujo vital.

Más allá de éste momento
y el eterno
el tiempo tiene su mecanismo
que lo lleva a andar,
deteniendo y acelerando el ritmo
de todo lo que roza
nuestra condición mortal.

Quiero cortar las cadenas
que encarcelan mi inmortalidad,
cerrando los ojos
y corriendo el velo
mi espíritu me lo permitirá...

me llevará en las alas
de un sueño
tal cual estrella fugaz,
para que me adentre
en la memoria ya latente
de lo que vendrá...

Mayo 2010



Patricia O. (Patokata)

Soy de Montevideo-Uruguay. No tengo libros publicados, no gané ningún concurso
pero he sido finalista y algún que otro poema o micro mío aparecerá en próximas
antologias en coparticipación con otros autores. Publico textos de mi autoría en
mis blogs y en redes y blogs participativos. También colaboro con distintas revistas
literarias de la red, a quienes agradezco infinitamente la oportunidad.
Mis blogs http://mismusaslocas.blogspot.com y http://mismusascuenteras.blogspot.com

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