"El tiempo transcurre
inexorablemente hacia su desenlace final".
Qué razón tenía el
cabrón cuando decía aquello.
El tiempo transcurre y uno
va perdiendo la cabeza,
la curiosidad por la vida
y el cabello.
Se deja de apreciar el
encanto de las cosas pequeñas,
ya no se erizan los pelos
de los brazos como antaño.
Son pocos los escalofríos
que recorren mi espalda.
Últimamente me dedico a
fumar cigarros,
a beber cerveza y a pasar
desapercibido ante la gente.
Dedico mi tiempo libre a
imaginar.
Pienso en lugares lejanos,
en pasear por suburbios de
una ciudad americana,
en convivir con una tribu
del Amazonas
o en comprar un rebaño de
yeguas y asnos
para perderme con ellos en
las jodidas montañas.
Mientras, el reloj sigue
con ese egoísta y seco "tic - tac",
inexorablemente hacia su
desenlace final.
Nacido por primera y única vez en 1985, en la ciudad de Huesca.Mis participaciones en el ámbito artístico han sido más bien pocas.Me gusta leer Bukowsky y meterme en ese mundo de mierda que huele a whisky y orines, cuando estoy cabreado. Sin embargo cuando el cuerpo me pide cariño y amores, me meto en el dulce mundo de Cortázar, Rulfo, Galeano...Me encanta andar sobre esa fina línea que separa la realidad de lo imaginario, de lo que fue y lo que pudo ser, esa búsqueda de no se sabe qué, esa desazón, eso que se esconde allá lejos detrás del horizonte.
Jeremias Joe
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