A un tipo como yo, que nunca
me pusieron los cuernos, ni me dejaron
sin quererlo. Para mí, que me ama una mujer
sin condiciones, es jodido.
Por eso de escribir lo vivido -la poesía
de la experiencia- creo que lo llaman, me fuí
al bar Desengaño: Una absenta, por favor.
La camarera, por escote un pozo de los deseos. Luego
sus ojos, con el deseo irredento escapándose
por la fina frontera del eye line.
Un culo donde aparcar la lujuria, desgastar los callos de las manos.
-Aquí tiene.
Llegó el vaso entre unas manos enormes. Y a la luz
del foco fluorescente, una nuez escarpada en su cuello.
1 comentario:
No sé si quiero tomarme un chupito con Jorge algún día.
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