Escenario vacío de negro,
tablas blancas podridas
por la polilla de la infame realidad vital,
y el eco vestido con sonrisa payasa quiere hacer llorar a un público
mudo.
Monólogo que dice así:
¿ Por qué me quedé sin presente?
¿ Quién mordió por mi la verde doncella del Paraíso regalado por un dios que no recuerdo?
¿ A dónde van estas palabras que chocan contra lo inerte?
¿ Acaso esta crónica de Sísifo es lo que llaman Vida?
Aplauso lento y carcajada
del espejo que ríe falsamente en la cuarta pared.
Ni si quiera baja el telón.
Sin presente, sin color
tampoco hay final para esta marioneta.
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