en saltar de un tejado a otro:
en eso consistía el reto, el desafío:
en saltar del teyáu podre
de una fábrica de pescado abandonada
al teyáu impecable del mesón del chino
era un tejado a dos vertientes
y sobre el caballete, en fila india,
estaba alfonso, el de la imprenta
estaba pedro, de la calle atocha
estaba rufino, el hermano del rata
estaba horacio, en el saliente
y estaba yo, el más pequeño de todos
era un salto como de unos dos metros o así
y desde bastante altura,
la suficiente como para romperte la crisma
o desgraciarte para el resto de tu vida
alfonso y pedro se acojonaron
horacio, rufino y yo saltamos
la mujer del chino llamó a la policía
y se presentó un land rover de color verde oscuro
así que nos escondimos
en el quinto piso de un edificio en construcción
hasta que el land rover se fue
alfonso está felizmente casado y tiene dos hijos
pedro está felizmente casado y tiene dos hijos también
horacio saltó del caballete al caballo
y la palmó hace ya siglos de una sobredosis
rufino saltó por encima de una anciana
que caía por unas escaleras de madera,
como el ataúd que ya la estaba esperando en el portal,
y la última vez que coincidí con él,
en una galería de la cárcel provincial de oviedo,
hace de eso veinticuatro años,
todavía estaba pagando por aquella muerte
lo que trato de decirte con todo esto es lo siguiente:
aunque por aquel entonces no fuésemos conscientes de ello,
en realidad, los tres que saltamos, horacio, rufino y yo
calculamos mal la distancia y nos precipitamos
al vacío
Lo obra de David González (San Andrés de los Tacones, Gijón, 1964) es resueltamente autobiográfica, por lo que los hechos más destacables se pueden rastrear en su propia producción. Procedente de una familia trabajadora de Asturias, la niñez y juventud de David González está marcada por la experiencia de la vida en la calle de barriadas obreras. En su primera juventud, participa en un atraco por el que es condenado a prisión. Allí, la poesía le sirve al autor para mantenerse a flote de la durísima experiencia de la reclusión. Comienza a publicar en fanzines y otros medios alternativos, convirtiéndose en un activo miembro de la cultura antioficialista de los años 90. Su obra se antologa en diversos volúmenes, entre los que destaca Feroces (radicales, marginales y heterodoxos en la última poesía). Participa regularmente en los encuentros anuales Voces del extremo que, auspiciados por la Fundación Juan Ramón Jiménez, organiza el también poeta Antonio Orihuela. Desde comienzos de los noventa, es director de la colección de poesía Zigurat, que edita el Ateneo Obrero de Gijón. Recientemente su nombre ha sido incluido en varios diccionarios de literatura española, como el Diccionario Espasa de literatura española. También en 2003, su obra El demonio te coma las orejas ha sido traducida al alemán. Algunos de sus poemas han sido vertidos al portugués, al inglés, al alemán, al árabe y al húngaro.
http://www.davidgonzalezpoeta.com/
http://perdonameperoteamo.blogspot.com/
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