y felices que he pasado
siempre encontré a mis pies
unos cuantos corazones
y los halagos mas fatuos.
No me deje encandilar
por las monedas brillantes,
ni la suerte me alcanzo,
ni la buena ni la mala,
siempre me paseo altanero
en esas horas tan bellas
no hay diva, ni diván,
que me hagan hablar de mi mismo.
Es un secreto, la noche
que solo algunos guardamos
a nadie se lo contamos
y en contadas ocasiones
alardeamos de
saber
como
bajar la luna.
Y en el estruendo mas sordo
de mil niñas estrelladas.
con las manos mas calientes
y las sabanas mas frías,
me he dejado llevar lejos
entre copas y jazmines.
Itou Kouichi |
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