Fotografía realizada por Marco Portillo (Erebus) |
Macabra ilusión constante,
Como el reflejo en un espejo,
Traidora como ella sola,
Día tras día se va repitiendo,
Como si la muerte y el cambio,
Hubieran sido desterrados,
Por siempre,
Por siempre lo mismo,
Las mismas calles,
Las mismas caras,
Las mismas horas,
Pasando una tras otra,
Y luego volviendo a empezar;
Se parece a una maldición inmensa,
Lanzada por algún malvado hechicero,
Sólo que no hay maldición,
Sólo que no hay malvado hechicero,
Sólo nosotros,
Haciendo día tras día lo mismo,
Día tras día, las mismas calles,
Las mismas caras, las mismas horas,
Dando vueltas y vueltas,
En el reloj, en el cielo, en el
corazón, en la sangre,
Durmiendo poco a poco a la vida, al
alma,
Que poco a poco va languideciendo,
Perdiéndose, durmiéndose,
Diluyéndose como polvo en el agua de
un vaso,
Que una mano siniestra agita una vez
tras otra,
Hasta hacerlo desaparecer todo,
En un triste fundido en gris,
Sólo que no hay polvo,
No hay agua, no hay vaso, no hay mano
siniestra,
Tan sólo tu aburrimiento, el mio,
Miles de vidas que por dentro se
agostan,
Se marchitan,
Sin haberse usado,
Sin haber disfrutado, sin una razón,
Nada, nada, nada,
Tan sólo fundido en gris,
Y de vez en cuando nos acordamos,
Pero estamos con suerte demasiado
ocupados,
Como para hacer algo,
O tal vez hay algo que nos lo recuerda,
De manera enigmática,
Pero a la vez precisa, certera, brutal,
Una marca en el asfalto,
En la muda piedra ennegrecida por la
suciedad,
A la vista de aquellos que no ven lo
usual;
Un ocho tumbado,
Durmiendo su sueño infinito en un
lecho ignominioso,
Como una indicación de un camino a
seguir,
Un acertado y cruel recuerdo,
De que mañana volverás a pasar por
ahí,
Y aunque sea de noche,
Y la tenue luz de las farolas,
Apenas llegué al dibujo,
Pintado en negro sobre sucio gris
oscuro,
La verás, sin duda la verás al pasar,
Tan bien como si brillara,
Y sabrás que nada ha cambiado,
Y que mañana todo habrá de ser lo
mismo,
Que no has conseguido escapar,
Que sigues ahí quieto,
Moviéndote en círculos,
Tal como indica en la piedra el dibujo
maldito,
Y tal vez pensé que sí que había un
mago malvado,
Y que la ciudad entera es un matraz
inmenso,
Relleno de vidas que son aplastadas
todos los días,
Por el mortero de ese mago terrible,
Que nos mantiene dormidos, en el
engaño,
Pero tal vez no,
Tal vez no sea más que un dibujo sin
sentido,
Tal vez a partir de mañana ya no
vuelva a pasar nunca por allí.
http://espacioenlasnubes.blogspot.com/
1 comentario:
el signo de los días... me gusta.
Publicar un comentario