Y es que cuando uno camina sabiendo que el corazónse le sale por las esquinas…
lo poco o mucho que puede hacer es disimular.
Y mientras uno camina, un, dos, tres,
pasito a pasito,
resulta que sí, que el corazón se le escapa por las esquinas.
Y calle a calle, cuesta a cuesta, de Madrid,
descubres que llegas a casa…
sin corazón.
1 comentario:
¡Vaya, cómo me gustaría saber escribir así! Es un poema para ser cantado!
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