Supongo que todo empezó con el cassete de la cocina
y las cintas de Disco de mi madre. Algunas se las traía mi tía de Alemania,
otras se las grababa ella de la radio o de otras cintas de varios.
También le gustaba el funky y el bacalao.
Estaban además las de papá y sus vinilos. Blues, Soul, Jazz, grandes divas
Etta James, Janis Joplin, Nina Simone o Aretha Franklin,
Música clásica, años 60, boleros, tango, bossanova,
Sinatra, el swing, nueva Orleans y ne me quite pas.
Los clavelitos de la tuna de mi abuelo.
Glutamato ye-yé y Derribos Arias del tato Jose.
Limp Bizkit, POD, Linkin Park.
Nach scratch, Rapsusklei, Red Hot Chili Peppers.
Extremoduro, siempre. Lija y terciopelo.
Los CDs también de varios desde Madrid.
Y las noches de humo con Souchi, Morodo y mi prima Isabel.
Y una cinta de Arianna Puello y Blink 182 olvidada en una habitación.
Smoke on the water y mi madre y yo saltando en el salón.
Oasis, Coldplay, Muse, Moby, Placebo,
Blur, los Chemical, incluso Beck.
Tote king. Grease. Y al piano Yan Tiersen, Amelie.
Las Ronnettes, Dirty Dancing.
Mi profesor de inglés y sus canciones para traducir.
Marisol con mi abuela en cine de barrio. Y los Back y las Spice, claro.
The offspring, Bob Dylan, Jonh Lennon,
primero Imagine en mi instituto el día de la paz,
después giveme some truth. Roy Orbison, pretty woman.
Y cuando nada vale nada ya, malas noticias.
Y Nirvana y Kurt Cobain y Pearl Jam y Alice in Chains.
Los Bravos, Black is black, el baúl de Karina. Un recopilatorio de rap old school.
Un rayo de sol y Kenny Arkana.
Blondie, Yeah yeah yeahs ,Credence, Razorlight, Kings of Leon.
Los Rolling stones , Sigur ros, los Clash, los Ramones o Camarón.
Gorillaz y la Rolling stone. Un póster de Wild Style, Martha Cooper, en la Hipflow.
Y la hiphop Nation y la Life. La You y la Loca magazine.
Y ahora La Fanzine.
Los vídeos de los 40 classics y algunos de la mtv,
VH1y los conciertos de Radio 3.
Y las tardes en el parque y las noches en mi cuarto.
Y el balcón abierto en verano y los altavoces sonando.
Y las litronas en el Half un día de semana, así sin más, para escapar.
Y yo caminando, bailando sin pensar, con los cascos incrustados en mi mente.
Y los chicos y su hule en el templete. Y la plaza y los rollers y los skaters.
Y tantas conversaciones y tanta gente y yo vivo con mi música,
quizá a veces ausente.
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