Lloro casi cada mañana, y me gustaría saber por qué.
Qué hay en este mundo que me produce tal desolación.
Qué había antes en él que hacía que yo fuera una sonrisa.
¿Qué fue de la inocencia? ¿Dónde quedó la mía?
Se esfumó a esta orilla del río.
Y me gustaría recuperarla, volver a ser una cría.
Volver a reírme de esta cruel vida.
Volver a encontrar en el sol una salida.
Revolcarme en la hierba, que cure mi herida.
Tal vez sea mi mirada, que volviéndose
distante y apesadumbrada, no arregla nada.
La que antes tenía luz, la que brillaba,
la que pensaba que podía con todo lo que le echaran,
la que creía en la bondad humana.
Y a quíen no le gustaría, convertirse
en aquel niño nietzschano y salvar el mundo
y los corazones humanos.
Y hacer que temblasen las normas
y se petrificasen los dogmas.
Romperlo todo, como siendo Galeano.
Los años, la experiencia, el niño y la inocencia.
Mi poca paciencia arrebatándome lo que creo.
No quiero ser así, no quiero
que la desesperanza me trague
en un pozo sin fin.
Quiero ser el principito de Exupery.
Max Estrella.
Quiero más luces de bohemia,
y poder volar, irme de aquí para allí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario