SFMA– Fuck the future / What about me? |
Sigo la línea que traza este galimatías: Si Dios existe, Paquirrín es su profeta.
En el futuro habrá chiquitos de la calzada. En el futuro, no habrá presente. Será un futuro sin futuro. Un futuro postmoderno.
Ana tiene 12 años y vive en una urbanización de golf con arenas movedizas y casas de yeso resquebrajado en la Murcia profunda. Un día conoce a Joon, magnate de un imperio hotelero, y su nuevo padrastro. Joon es coreano. Joon la penetra todos los domingos antes de ir a rezar a una Iglesia redonda. Ana reza antes de que la penetre. Y durante.
Ana sabe que la reina de España (será un sistema matriarcal), usa peineta en vez de corona. El himno de España por fin tiene letra, y suena a Manolo Escobar afterpunk. Islandia es la capital de Europa, y su religión es el Björkismo.
Sabe que los caracoles usan corbata y no sacan sus cuernos al sol, pero toman cócteles en los after.
A Ana no le gustan los restaurantes de alta cocina, porque el ketchup es obligatorio y a ella le da acidez. Los entrantes son insectos (moscas, grillos) al estilo hindú, y el plato estrella consiste en perro cocido, al Scott style. De postre, suelen poner el corazón de un político. La cocina de gourmet sigue teniendo el mismo problema que ahora: mucho ruido y pocas nueces.
Ana es cinéfila, lo cual le sirve para evadirse de su monótona realidad. El cine de autor se hace en sótanos con graffitis, cuevas con riesgo de derrumbe y gallineros abandonados. Escatologic y Karma-Tea son las dos productoras más vanguardistas.
Ana es consciente de que en el futuro habrá robots. Sus cabezas son de piedra y cinabrio. Las piedras tienen mayor densidad, y por tanto, mayor capacidad de registro en memoria. Y el cinabrio brilla, es sólido como el cuarzo, pero contiene azufre infernal. A Ana le gusta como suena. Cinabrio. Ante esta ciber-amenaza inexplicablemente terrible, un grupo de aliados de la fuerza lucha con abnegación. Se les conoce como “Los Punsets”. A Ana no le gusta cómo suena Punset.
A Ana no le gusta bailar, y no entiende los bailes de ahora en el futuro.
Ella sueña con los años veinte del siglo veinte. Ana tiene un periódico de esa época guardado en cristal de polimetilmetacrilato. Es lo más vintage que posee: un recuerdo de papel envuelto en plástico.
En el futuro, el pasado es difuso y ucrónico. Porque en el futuro no existen libros, y los escarabajos no vuelan al atardecer.
3 comentarios:
mola mazo¡¡ seguro que Miguel le gusta. un saludo futurista a tod@s.
Doy fe, invito a colaborar en la siguiente pangea:
http://revistapangea.tumblr.com/colaboraciones
Me gusta esta conversación e intercambio entre revistas independientes.
Buenas tardes.
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