Cuando Pola Negri me abandona en 1928
cuando Ava Gardner me patea en 1937
cuando Tilda Thamar y Ana María Pierángeli
después de jornadas tan intensas (y extensas)
me desestiman en 1949
cuando Leslie Caron me aleja (según insiste,
[por mi bien) en 1960
cuando Romy Schneider me repudia en 1972
[acusándome
de competencia fortuita
cuando Isabelle Huppert y Hanna Schygulla
[me descuidan
en 1984
yo quedo resentido
una y otra vez no aprendo
nunca aprendo
tanto o más vulnerable que en 1903
cuando lo de Sarah Bernhardt
abierto mi corazón a las estrellas
crudo exponente porteño
asistiendo conturbado junto a Boris Karloff
fuera de foco y en función fantasmal
en el postrimero cinematógrafo de mi barrio
a la caída en la cascada de La novia de Frankenstein.
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