Cinema paradiso (1988), by Giuseppe Tornatore |
A Rosellini le apasionaba ir al cine
Pero sus bolsillos tenían pequeños
agujeros negros que se descosían
con el transcurso del invierno, del tiempo.
De ellos no caían liras,
más bien alguna que otra factura de alquiler no pagada
y muchos sueños perdidos.
Por eso le apasionaba ir al cine
para arrugar la nota de la compra semanal
comprar el último asiento que nadie querría
sentarse en la sala oscura
y soñar despierto.
¿Qué es si no la vida?
El soñar despierto
y hambriento
en un mundo sin luces
Que sale caro.
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