anudas
las patas de mis pájaros
los cebas
con tinta de plomo enrojecida
les coses
pequeños huesos de ciervo a las alas
y aun así
esperas que vuelen
si por una vez observaras
a la muñeca de plumas
sabrías que tiene el cráneo roto
se le escapó la jaula
por los ojos
en el hueco de la espalda
guarda el esqueleto de un búho
no es por descuido
solo una tendencia —adquirida—
a guardar
cosas muertas
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