Necesito una continua evasión que me acerque más a la barrera entre lo erróneo y lo permitido, entre el deseo concedido y el acto prohibido. Romper violentamente esa línea con la misma satisfacción que tiene el cazador al destripar a su presa. Quiero destrozar todo el lujoso salón de una casa que lleva años siendo espectador de la falsedad, el odio, el rencor y la hipocresía. Deseo dar un beso a los que desean en todo momento aquello con lo que sólo pueden soñar y decirles: ¿qué os pensabais? Anhelo el placer del descanso en el frío y duro suelo en mitad de un infierno nocturno.
En medio de un caos irremediable entre la irresponsabilidad y la estupidez gritaré hasta reventarles los tímpanos y lanzaré todas esas sillas y mesas por la ventana rompiendo sus cristales que crearán un sonido tan sincero como el de la misma furia. Escupiré a los zapatos nuevos y perfectos e iré coleccionando zapatillas tan rotas como las mías. Acariciaré por la noche un césped húmedo rodeado de colillas de tabaco y porros al momento en el que, entre risas de borrachos y diálogos banales, miraré al cielo sin estrellas. Observaré las luces de ese mismo puto bar mientras deseo que sea distinto. Buscaré entre las caras de la gente sin saber qué quiero ni qué espero encontrar. Vomitaré a todas las guarras hijas de la ignorancia en el momento en el que suelten su carcajada más insoportable. Me follaré a la mentira para después llorar como el bebé que un día este cuerpo fue. Haré callar al bufón más psicópata de toda la corte. Seguiré como siempre cuando al dormir nada de esto vea realizado.
1 comentario:
"Vomitaré a todas las guarras hijas de la ignorancia en el momento en el que suelten su carcajada más insoportable."
Adorable.
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