Girando
sobre mí misma
los
pensamientos se enredan, se agitan
tiempo
de sobra para darle rienda suelta
al
miedo, a la sonrisa oculta y al desespero.
Desde
el balcón agito mis alas
y
juego a la libertad a puerta cerrada
es
inevitable ver cómo la vida trata de mantenerse a salvo
tras
el cristal de las ventanas.
Ojos
tristes inundan mi pantalla
abrazo
desde lejos lo que queda de esperanza
prefiero
pensar que no es un último adiós
me
reservo todo mi aliento para decirte desde lejos
cuánto
te extraño, cuánto te quiero…
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