Me pierdo entre las sábanas de mis pensamientos.
Pensamientos sobre que quiero hacer mañana, sobre que quiero hacer desde hace un mes.
Giro una y otra vez sobre la tela física que recubre mi cama. Desorden en cada giro, arrugando
la armonía de la calma, pues mi mente está despierta y activa.
La luna se ríe de mí, tachandome por haberme convertido en un civil más, que madruga para trabajar.
¿Qué hay de malo en formar parte del ciclo de la vida? Hay que trabajar por el.
-Por él si.- Responde la luna. -Pero tú lo que haces es enriquecer a otro.
Cierto. Financio el comercio del mundo de los despiertos, y no puedo presupuestar mi mundo de la noche.
Mi Musa está aburrida en el afeifar de la ventana, esperando que recurra a ella. Mojándose en el frío, refujiándose en la lluvia.
Te hecho de menos, pero no tengo tiempo para estar contigo... Esperaremos, porque ahora es lo
que hay que hacer...
¡Desaparece! Todos estos pensamientos me impiden dormir, y para estar así, prefiero levantarme
y hacer algo, pero no gastar mi tiempo en lamentarme.
El reino de la noche sabe que no estaré mucho tiempo en el mundo de los despiertos; sabe que volveré, pues ese es mi destino, porque soy criatura de la naturaleza nocturna y de su magia.
No soy el más especial, pero tampoco soy como cualquiera.
Mi habitación nocturna espera por mí, para seguir creando, yo le doy vida, y ella me la da a mí.
Pensamientos sobre que quiero hacer mañana, sobre que quiero hacer desde hace un mes.
Giro una y otra vez sobre la tela física que recubre mi cama. Desorden en cada giro, arrugando
la armonía de la calma, pues mi mente está despierta y activa.
La luna se ríe de mí, tachandome por haberme convertido en un civil más, que madruga para trabajar.
¿Qué hay de malo en formar parte del ciclo de la vida? Hay que trabajar por el.
-Por él si.- Responde la luna. -Pero tú lo que haces es enriquecer a otro.
Cierto. Financio el comercio del mundo de los despiertos, y no puedo presupuestar mi mundo de la noche.
Mi Musa está aburrida en el afeifar de la ventana, esperando que recurra a ella. Mojándose en el frío, refujiándose en la lluvia.
Te hecho de menos, pero no tengo tiempo para estar contigo... Esperaremos, porque ahora es lo
que hay que hacer...
¡Desaparece! Todos estos pensamientos me impiden dormir, y para estar así, prefiero levantarme
y hacer algo, pero no gastar mi tiempo en lamentarme.
El reino de la noche sabe que no estaré mucho tiempo en el mundo de los despiertos; sabe que volveré, pues ese es mi destino, porque soy criatura de la naturaleza nocturna y de su magia.
No soy el más especial, pero tampoco soy como cualquiera.
Mi habitación nocturna espera por mí, para seguir creando, yo le doy vida, y ella me la da a mí.
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