Para tu voz, para tu sien gastada por el viento
desde el final de mi vida…
Pienso en su pequeño corazón detenido en su tumba
y sus rasgos similares a los míos
pero más definidos y profundos
vuelven a abrir mi necesidad de búsqueda;
es ansiedad, es necesidad,
son los rayos del sol quemando
mi pecho esta noche.
Es la fiebre…
Después de perderte comencé a perder el amor propio,
el amor al pueblo
y mi cuerpo terminó
enfermándose hasta la vulgaridad de mi voz
con la que te busco en el bosque luminoso
entre las criaturas de mi corazón
que habitan en la enfermedad de mi cama.
No podré esconder las irritaciones y las cicatrices
cuando comiencen a aparecer,
las puñaladas en el estómago, la sangre saliendo de mi boca.
No podré volver atrás y decir
que tengo la fuerza para volver a intentarlo,
el padre protector que hay en mi sangre
se pierde en las manchas de vino
sobre las enciclopedias de los ángeles y sus armas,
sobre los puños de mi adolescencia…
Tierra; devuélveme el sueño…
Breve biografía:
Mi nombre es Javier Flores, soy chileno y he publicado en diferentes sitios literarios tales como Remolinos, Escáner Cultural y Litterae, junto con los fanzines Elefante Rosa y El Espín.
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