abro miradas en su cauce
las imágenes rebotan sin leyes físicas
el tiempo acaba y la sed de seguir en el útero
tintinea como un segundero
como un muelle inerte
valiente y tenaz cual metrónomo
Buceo en su estrecho abrazo
mezo velorios
como nueces en el interior del deseo
y en esta atalaya pretendo el fresco hedor de la madrugada
Azulejos de olla
humo de esparto
jardín de fieltro
fricción de las horas
disimulo de las cosas anidadas en esquinas
atrofiado y diluido el descanso
como vértigo falaz de la vigilia
la tersura inane de las branquias en síncope crónico de apnea
Lo peor de él es la voluntad de despertar
intentar abrir los párpados
cuando ya están abiertos.
1 comentario:
gran trabajo chicas, voltios.
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